1.57 de locura

Y es que quien me conoce sabe que si, que soy un estallido de energía, que me río de todo, que hablo hasta por los codos y que la carita de la foto no me cree ni mi mamá. Que me gusta abrazar, que amo intensamente, que soy dulce y divertida. Que soy 1.57 de locura, de explosión. Que siento, siento todo el tiempo, que lloro por nada de repente, que mando mensajes de amor en las mañanas a mis amigas y les canto por audio canciones para ponerlas felices.

Que para dar amor, doy comida. Que cocino con la música fuerte, que bailo frente a la estufa. Que salgo en pijama a comprar la fruta. Que desayuno avena, jugo verde y huevitos, como pollo con lechugas y ceno 2 órdenes de tacos de cuerito en el mismo día. Que me he pintado el pelo por cerrar ciclos y me lo he cortado sola, que intento ser fit pero mi alma fat no me lo permite.

Que los sábados preparo hotcakes de figuritas en el desayuno, que tomo un litro de leche al día. Que escucho cualquier música y bailo en cualquier sitio, que me trepo al carrito del súper. Que a veces en las noches lloro antes de dormir, porque tengo sueño pero no me quiero acostar. Que me encantan los niños, sobre todo si no son míos. Que soy una treintona con alma de niña que juega a las Barbies con sus sobrinas y que aún me ilusiona ver mi regalo bajo el pinito en Navidad.

Que me gusta caminar y que el viento me despeine hasta el alma. Que la lluvia me da sueño y ganas de abrazar. Que un perfume se me queda más que un nombre en la mente. Que soy un montón de colores en invierno. Que en otoño, me gusta sentarme sola en el lago comiendo mandarinas y duraznos hasta ver como se hace noche. Que en verano, me acuesto en el toldo de mi carro a escuchar música con mi perro viendo al cielo.

También soy 1.57 de risas, de llanto, de momentos, de amor, pero de amor bonito, de ese que te cura, que te abraza y que te llena.

Soy 1.57 de mi, 1.57 de locura, 1.57 de Ana.