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#StoryTime: Haters Gonna Hate: con esas amigas...

  • Foto del escritor: Love, Ani.
    Love, Ani.
  • 1 mar 2019
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 9 abr 2019

Seguramente, mil veces han escuchado el famoso: "Con esas amigas para que quieres enemigas" y decidí ponerle ese título a la entrada de hoy porque justamente hace un par de meses que entendí qué tan cierto puede ser ese dicho.


Y es que, nunca he sido de miles de amigas, aunque soy una persona muy platicadora y que con todo mundo me llevo bien, a la hora de elegir amistades soy muy selectiva. Y no por fresa o sangrona, más bien me gusta rodearme sólo de las personas que realmente me quieren y quiero tener en mi vida.

Pero, ¿qué pasa cuando esas personas que tu creías tus amigas de repente se convierten en tus #haters número 1? ¿qué pasa cuando te das cuenta de que más que amigas son como jueces de tu vida, de lo que haces y dejas de hacer y de por qué lo haces? Por un tiempo, no me importó y me hice la tonta para no darme cuenta ¡por que no quería aceptar que algunas de mis más "grandes amigas" eran realmente un club de haters personal!


Empezaron a criticar toooodo de mí, que si estaba muy flaca, que por qué hacía ejercicio, que por qué comía saludable, que si me la pasaba con el novio, que si veía a mis "otras amigas", que si fingía ser alguien que no soy, que si mi trabajo era "fácil" o con mucho tiempo extra por que no me gustaba trabajar, que si me mantenía el novio... ¡imagínense! ya me veían casi con #sugardaddy y toda la cosa hahaha.


Pues resulta que como les decía yo vivía en mi burbuja de que todo bien, todo al 100. De repente las buscaba, me bateaban y ni pex, no me agüitaba. Volvía a buscarlas y a repetir el proceso: Buscar, salir bateada y no agüitarme. En algún momento, cuando llegué un poco a mi límite, tuve una "plática de amigas" con una de ellas donde le expliqué lo importantes que eranpara mi, y lo mucho que sentía en mi corazón, que ellas sólo me criticaran en lugar de siemplemente quererme y aceptarme así tal cual como soy. "Entendió", pero todo volvió a exactamente el mismo lugar


De repente, hace unos meses, justamente ella, se casó. Es la segunda de nosotras que se casa y pues obvio que todas traíamos como mucha felicidad por el acontecimiento. Y el día de su Boda fue la última vez que las vi. Ese día fue super raro e incómodo. A duras penas hablé con las otras dos amigas y todo el tiempo se portaron como raras conmigo.


Ahí fue cuando empecé a darme cuenta de todo... Pero aún tenía una esperanza de que las cosas cambiaran. En realidad por mucho tiempo me culpé de esa situación pues yo era la que llevaba un ritmo de vida un poco diferente al de ellas. Antes de Navidad, mis papás pasaron por algunos problemas de salud, y me tocó estar al cuidado de ellos. En otro post, les platicaré acerca de ese momento en el que te das cuenta de que tus papás ya son mayores y de la responsabilidad que como hijos tenemos con ellos. Volviendo, en esos momentos, sentí una gran necesidad de ellas, de mis amigas. De un abrazo o una palabra o un simple "Estamos contigo". Decidí escribirles en un grupo que teníamos y plop!, ninguna de las 3 fue para contestar ya no digamos por quedar bien, si no por realmente pensar en que mis papás quienes alguna vez las recibieron como parte de nuestras vidas y de nuestra familia, no estaban del todo bien.

Les juro que en ese momento para mi fue como que me cayó 100% el 20 de la realidad. Ya saben, ese horrible momento en el que abres los ojos y dejas de ser ciega, y de cómo duele y a veces lastima ver la verdad.


Todavía me animé en enviar mis saludos y buenos deseos para las fiestas de Navidad, pero en febrero, antes de Valentine's (una de mis fechas favoritas desde que las conocí a ellas), les envié una carta a las 3, agradeciendo por los años de amistad, por los buenos momentos y por haber vivido juntas momentos tan bonitos. Les agradecí, me despedí y las saqué definitivamente de mi vida. Cerré el ciclo. Un ciclo que, tenía que llegar al fin después de años de culparme, de creer que algo estaba mal en mi, que tenía que cambiar para encajar de nuevo con ellas, que tenía que ser diferente. Y ¿saben que aprendí? Aprendí que a lxs amigxs debemos aceptarlxs y quererlxs tal y como son. ¡Y que merecemos lo mismo de retorno! No tenemos por que querer cambiar o ser diferentes solo para encajar como lo hacíamos antes. Creo que a los 30's es normal que hayas cambiado algunas cosas y que seas distinta a los 16's, peor lo importante es no eprder la esencia, eso que te hace única.


Me sentí triste, y hasta la fecha no es algo que cuente sin sentir un hueco en el corazón. Pero eso me sirvió para reencontrarme con viejas amistades, pues decidí buscar a mis demás amigas, platicar con ellas, disculparme por lo malo que haya podido darles y retomar nuestra amistad. Que sin duda, siguen siendo las mejores. Esas que aunque pasen semanas o meses... cuando la tienes enfrente es la misma, siempre auténtica y siempre única como antes. Esas, son las que vale la pena conservar.




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