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Me pasó esta tarde.

  • Foto del escritor: Love, Ani.
    Love, Ani.
  • 15 sept 2021
  • 3 Min. de lectura

Me pasó esta tarde. De esas veces que llegan a tu cabeza flashazos del pasado. De antes, de cuando eras niño y de esas personas especiales con las que tener 8 años era increíble. Me pasó esta tarde mientras leía un libro sin poder concentrarme por estar escribiéndome por WhatsApp con Gaby. Gaby mi prima. Gaby que cuando me vio por primera vez, recién nacida, fue la única que se atrevió a sus 4 años a decir lo fea que era su primita. Cómo si haber esperado 9 meses, hubiese sido en vano, porque a parte de gorda, salí fea y encima no jugaba. Qué digo mi prima, Gaby ha sido una hermana para mí. Bueno, ella y sus dos hermanos.


Que bueno, a ver, yo tengo mis propios hermanos. Dos, mayores, lo suficientemente mayores para que me hicieran la infancia difícil, pero al mismo tiempo se dieron el chance de ser mis mejores protectores.


Gaby tuvo la misma suerte en la repartición de hermanos, le tocaron dos, más grandes, y un poco menos de suerte porque salieron más molestos que los míos. Coincidimos en que nos encanta ser las más chicas y las únicas mujeres en nuestras casas y por ende, las consentidas de nuestros papás. Y es que esas dos cosas, nos han dado grandes beneficios como de miembro VIP de la familia.


Gaby además era (por no decir ES) una gran actriz, así que se aventaba unos shows dignos del teatro y mis primos se llevaban sus buenas tundas y sus destrozos, Barbies rapadas y traumas psicológicos, no quedaban nunca impunes.


Era esa prima que amaba ver en Navidad, y es que hasta la fecha, verla me resetea la vida, y verla en Navidad es lo mejor de mis fiestas. Pero les contaba que Gaby era de las que hacía justicia por propia mano, le hacías, se la pagabas. Aunque eso era distinto en mi caso. Yo sin deberla ni temerla, pagaba por los abusos de su prima mayor, pero no tarde en aprenderle y encontrar quién me la pagara a mí, ya saben, por aquello de no romper tradiciones.


Jugábamos todos los viernes en casa de mi abuelita Licha, que nos daba una torre de galletas Marías con leche y fruta antes de dormir, porque a ella le bajaba el azúcar y nosotras siempre queríamos comer. Y con esa dosis, teníamos para estar muertas de risa por nada hasta las tres de la mañana, haciendo ruido, cantando y riéndonos a carcajadas, hasta que mi tío, el papá de Gaby nos mandaba a callar. Entonces, nos reíamos bajito. Nos reíamos de mi pobre abuela que rezaba casi a murmuros y de vez en cuando se cabeceaba, hasta que nuestra carcajada explotaba haciéndole pegar un brinco, y seguramente también a su azúcar; seguía rezando bajito y mi tío nos volvía a callar. Crecí con Gaby, jugando a las Barbies. Armaba cada historia digna qué digo de novela, de Oscar. Muñecas accidentadas, con amnesia, divorciadas o suicidas. Y yo, embobada viéndola jugar. Crecí con Gaby, les decía, platicando hasta quedarnos dormidas, pintándonos las uñas y debo presumir, que mi primer outfit para salir en la secundaria, ella me lo prestó.


A Gaby le conté mis primeros amores, la de veces que me han roto el corazón, y siempre me ha escuchado, y lo ha remediado, comiendo chucherías y muriéndonos de la risa. Esa risa escandalosa que mi tío nos callaba. Esa risa que reconforta hasta llorar.


Hace poco entendí, que ella ha sido mi refugio, y yo el de ella en algún momento. Que no haber salido de los mismos papás no nos hace menos hermanas. Que los recuerdos juntas son mucho más que eso, son mi vida y la suya. Que hay días como hoy que sólo quisiera hacerme chiquitita, meterme en el celular y darle un abrazo al salir de su pantalla.

Hoy quiero abrazarla porque no hemos festejado su cumpleaños. Hoy quisiera volver a tener 15 para pasarnos la noche platicando tonterías y levantarnos tarde y cantar a gritos.


Hoy quisiera caminar por el centro muertas de la risa, comiéndonos un esquite. Hoy quisiera abrazarle y decirle que la amo y cuánto extraño tenerla cerca. Que nuestras historias sigan siendo las mejores, y que nos queda la vida para escribirla juntas.


Si me lees, si lees esto, imagina que me hago pequeñita, que atravieso la pantalla y que nos reímos a carcajadas. Gracias por decirme lo horrenda que era cuando nací. Gracias por jugar conmigo. Gracias por crecer juntas. Te amo.





 
 
 

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2 comentarios


Charlos DelCas
15 sept 2021

No pude leer esto sin llorar. Gracias por compartirlo y cuida mucho a Gaby y cuando la veas y la abraces dale un abrazo por mi. Valen mil y mucho más las 2 🥺

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Ani Canul
Ani Canul
17 sept 2021
Contestando a

Gracias por leerme amigo! Sé cuánto se quieren tu y Gaby. Qué bueno que te gustó.

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